Los fondos de pensiones se suben al tren del Bitcoin

En un giro inesperado, fondos de pensiones estatales, tradicionalmente conservadores, han comenzado a invertir en ETFs de Bitcoin, atraídos por su increíble rentabilidad. En el último año, estos fondos han registrado ganancias del 128%, llevando a gigantes como el Wisconsin Retirement System y el fondo de pensiones de Michigan a apostar por activos digitales como los ETFs de iShares y Grayscale.

Por ejemplo, la inversión de Wisconsin en el iShares Bitcoin Trust de BlackRock, ahora valorada en 155 millones de dólares, destaca el atractivo de este mercado. A esta tendencia se suman también otros fondos institucionales que buscan exposición indirecta al Bitcoin sin tener que adquirir el activo directamente, aprovechando el marco regulatorio que ofrecen los ETFs al contado aprobados en Estados Unidos.

Según datos recientes, el rally del 128% en el precio del Bitcoin durante 2024 —impulsado por la entrada de capital institucional, la expectativa del halving y el aumento de la demanda en los ETFs de BlackRock y Grayscale— ha cambiado la percepción de muchos gestores de fondos, que ahora ven el Bitcoin como una oportunidad de diversificación más que como un activo especulativo.

Esta tendencia refleja cómo incluso inversores institucionales tradicionalmente cautelosos están reconsiderando sus estrategias para no perderse el potencial de las criptomonedas. Tal como señala el artículo de El Economista, los fondos buscan protegerse frente a la inflación y mejorar la rentabilidad de sus carteras en un contexto de tipos de interés elevados y rendimientos moderados en renta fija.

A pesar de su volatilidad, el creciente interés en ETFs de Bitcoin marca un paso hacia la institucionalización del mercado cripto, respaldado por la aprobación de ETFs al contado en EE. UU. Actualmente, el Bitcoin ha superado los 1,3 billones de dólares en capitalización de mercado, consolidándose como un activo relevante dentro de las carteras diversificadas institucionales.

Sin embargo, los fondos de pensiones mantienen un enfoque prudente, evaluando cuidadosamente los riesgos antes de comprometerse con estos activos. La mayoría de los analistas coincide en que esta apertura es gradual y se centra en instrumentos regulados, con el objetivo de equilibrar exposición y estabilidad dentro de las políticas de inversión a largo plazo.